Ya no hay nuevos horizontes,
la luna ya no es mi amiga,
y otra vez de noche y en el dia
solo, sin nadie, sin ti
sin poder por las noches dormir,
la locura me empieza a consumir.
Y ahora que no estoy contigo
no sabes cuanto echo de menos
poder susurrarte al oido
lo mucho que te he querido;
Poder acariciar cómo tus dedos
se entrecruzan entre los míos;
contemplar esa mirada de deseo,
acariciar tu pelo con mi mano,
el roce sediento de los labios,
para terminar presos en besos,
besos que ahora hacen daño.