
Me fumé un cigarro tras otro esa noche
Y en cada uno el humo dibujaba tu nombre.
Salía poco a poco de mi boca, formaba bocanadas azules,
volutas verde agua, bandadas grises y torbellinos amarillos.
Incluso creí ver tu rostro dibujado una vez,
Pero una flecha transparente lo borró antes de que pudiera abrir los ojos.
Y en cada uno el humo dibujaba tu nombre.
Salía poco a poco de mi boca, formaba bocanadas azules,
volutas verde agua, bandadas grises y torbellinos amarillos.
Incluso creí ver tu rostro dibujado una vez,
Pero una flecha transparente lo borró antes de que pudiera abrir los ojos.
Me fumé un cigarro tras otro esa noche
Y en cada uno la lumbre se parecía a tus ojos.
Se quemaba despacio, brillando en la oscuridad.
De vez en cuando se dejaba caer una ceniza desprevenida,
dibujaba círculos en el aire y chocaba muerta contra el suelo.
Me fumé un cigarro tras otro esa noche
Y creía que oía tu voz detrás de mi oreja,
Creía que sentía tus labios en mi cuello,
Creía sentir tu respiración sobre cada uno de mis poros
Y que tus manos recorrían mi piel húmeda.
Me fumé un cigarro tras otro esa noche
Y sentí como me amabas en la oscuridad.
Hoy nuevamente es de noche.
Pero me siento sola, seca y vacía.
Ya no me quedan cigarros para seguir recordándote…
No hay comentarios:
Publicar un comentario