Siempre se me ha hecho muy difícil decir quién soy o cómo soy.
Muchas veces he pensado que lo que me define es precisamente ser completamente indecisa, inconstante, voluble y cambiante. Sin embargo, hay algunas cosas que se mantienen estables a pesar de todo:
Odio andar con la ropa manchada (o con hoyos). Odio salir de mi casa sin haber hecho la cama. Odio equivocarme en público. Odio los ejercicios tipo “defínase en una frase”, “defínase en un concepto”. Odio a la gente que publica con faltas de ortografía (y odio cuando se me pasan a mí). Odio a la gente que saca cosas del supermercado y las deja donde no corresponden. Odio a la gente que dice que va a llamar y no llama. Odio a la gente que dice que va a llegar y no llega. Odio herir los sentimientos de la gente que me importa.
Nunca completé un álbum. Nunca me resultó con el niño que me gustaba (y aún no me resulta). Nunca he podido comer completos o tallarines sin mancharme. Nunca es suficiente cuando se trata de helado o chocolate.
Me encanta leer la Cosmopolitan cada vez que puedo. Me encanta cantar y bailar con escándalo cuando estoy sola. Me encanta George Clooney. Me encanta Brad Pitt. Me encanta el verano. Me encanta que haya 25° C y sol todo el día.
Podría seguir mucho rato más, pero mejor dejarlo para otra vez.
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